martes, 31 de diciembre de 2024

Poemario satírico del CRAM (I)

 Pues lo estaba dudando porque los (desconocidos) amigos del CRAM se pusieron lo mismo un poco punkis con sus poemas satíricos pensando que estaban en el Siglo de Oro. Pero me lo recuerdan a menudo, que a ver cuándo las subo al blog y que ellos cargan con todas las culpas y desavenencias. Así que yo solo soy un mero vehículo de transmisión, un humilde bardo que recita en la vieja taberna canciones que no son suyas, pero que al ser de todos, es como si lo hubieran sido siempre. 
Agarrad la jarra de cerveza para brindar con estrépito, o el vaso de madera con hidromiel (si tenéis para vino del sur, pues eso que habéis ganado), permitíos ser mecidos por los troncos crepitando crujientes en la chimenea con morillos labrados de dragones, dejad que el viento cuente sus desdichas a los desnudos árboles del bosque y que ulule por los viejos aleros del castillo encantado de la colina sabiendo que a esta cálida sala no podrá penetrar si no se lo permitimos y tan solo seguir con los pies el ritmo de la melodía mientras la letra os saca, esperemos, una sonrisa de complicidad. 

Soneto del DJ profesional
Mundo de roleros que son y fueron
fabuladores a lomos de dados
perdedores, mas nunca fracasados
hablo a quienes lleguen o bien vinieron
Honrad a personajes que murieron!
sin la culpa falaz para los hados
¡Escuchad roleros de todos lados!
los mundos, para quienes los vivieron
Confía en humildes consejeros
no miento en absoluto cuando digo
que evites los asuntos financieros
cobrar por dirigir es de fulleros
tendría que insistirte, buen amigo
pagar por que os dirijan, de puteros.


Soneto del rol especulado
Rebajas en el bosque de las hadas
se alquilan sus espacios más sagrados
a especular con pisos adosados
en sus fuentes de miel monetizadas
ofrezcamos partidas guionizadas
suscriptores de pago motivados
mis dos ojos cansados por llorados
de que el dinero entierre a mis amadas
Arcadia será un parque temático
cobrando por entrar al sorprendido
nunca más refugio de lunático
castillo de las nubes ya vendido
futuro de duendes ser de plástico
con todo su sufrir retransmitido

Silva del ahora
A tanto la estocada
frase de matasietes
mi cobro es tras partida terminada
predican los nuevos profesionales
enredados en dimes y diretes
saqueando miel de públicos panales
si no te hago factura
te sale más barato
señalan siempre los más pelagatos
¡y a gastarlo a la mayor premura!
hurtando a la olvidada fantasía
aquellos prometidos esponsales
cuando la querencia era más pura
adúlteros son con la burguesía
creen que tromba dineros a raudales
pagar no pagarán
sosteniendo que la cultura es libre
solicitando a amigos albaranes
sin que nada se les desequilibre
mi cuita es por aquellos que ahora entren
carcoma del dinero llama al timbre
a mundo perdido que ya no encuentren
estos son los momentos actuales.

Seguidilla del ventero
Poderosa mercancía
ingresar por dirigir
muy poco vióse venir
recaudar la fantasía
el que hasta ahora pacía
que lo sepa el mundo entero
son acciones de un tendero
o de un ventero
Dormir con el enemigo
dejar de hacer lo correcto
mirar y pensar: perfecto
si quieres jugar conmigo
ahora cobro, luego sigo
colgar el gozo en ropero
vigilancia con madero
por un ventero

Devastación de langosta
termitas en los cimientos
vendidos buenos momentos
no puede hacerse ni aposta
mi alma presa en calle angosta
con mi fe del carbonero
expuesta por un tendero
o un ventero
Monetizándolo todo
se hará del mundo un burdel
el vino es vinagre en tonel
sin encontrar acomodo
lucharé codo con codo
me dirijo a ti, copero
no vendas lo placentero
cual un ventero
Metidos en el sistema
sin nadie que lo cuestione
solo buscan que se abone
pronto el corazón nos quema
que a contracorriente rema
desde comienzos de Enero
todo culpa de un tendero
o de un ventero.




lunes, 21 de octubre de 2024

Manifiesto del CRAM

 Pues, oye, finalmente la gente del CRAM me ha dado permiso (de muy buen grado de hecho) para que suba aquí su manifiesto. Y ahí que va:

Manifiesto del CRAM. Llamada a los dados o a las armas (si no sonara tan bélico)

Hermanos roleros. Hermanas roleras. Os saludamos desde el cúmulo de cuevas que llamamos tanto hogar como escondite, a la luz de las velas, cobijados por pinturas rupestres que nos cantan sus historias. Somos el CRAM: el concilio de roleros anti monetización y sea este nuestro manifiesto un primer paso para que también pueda ser tuyo.
¿Qué es
CRAM?
CRAM significa marcar la diferencia en estos aciagos tiempos porque alguien tiene que hacerlo.
CRAM es valorar tanto nuestro tiempo jugando que no cobraríamos jamás por él.
CRAM equivale a levantar una presa de hojaldre para frenar el maremoto del capitalismo, saber que no lo va a parar, pero no dejar de elevarla cada vez que jugamos.
CRAM es abrazar febriles a la fuerza más poderosa del multiverso, la imaginación.
CRAM simboliza el cuerno de guerra que se oye en los valles y que te saca del trance, porque te han hecho creer lo contrario, pero nada es mejor solo porque pagues por ello.
CRAM no es otra cosa que negarse a que se venda y se compre lo importante
Combatir dragones desde las almenas más altas.
Realizar piruetas mortales pilotando cazas en fecundos campos de asteroides.
Amar a la hija (o al hijo) del posadero con el amor insondable de la primera vez.
Movilizar a la revuelta a los bandidos del bosque para terminar con los tiranos.
Conjurar hechizos imposibles con legajos ilegibles.
Remediar errores del pasado sin cometer otros mientras lo haces.
Arriar las velas de tu barco pirata llegando a puerto.
Mostrar cicatrices en charlas de taberna.
Contar las pocas flechas que te quedan mientras resistes a la horda.
Robar el ojo del liche del milenario templo sin ventanas.
Aventajar a tu enemigo mediante el ingenio que acompaña al desespero.
Morir defendiendo a tus amigos y a la aldea donde naciste.

Nada de lo anterior os lo pueden cobrar porque ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo mientras una forma de vida mire al cielo, contemple las estrellas y desee contar su historia al refugio de una hoguera.
Todos sabemos que los autores de rol no ganan un chelín; las editoriales de rol que ya ni siquiera cubren gastos van cerrando cada vez con más frecuencia; se están sustituyendo ilustradores y traductores por Ias... Llegaremos al momento en que los que cobran por dirigir serán los únicos que vivan del rol. De jugar al rol, más bien.
Si la primera partida de un novato es pagando, el rol nuncá será para él lo que fue para nosotros. Y no deberíamos dejar de hacerlo manifiesto tan solo porque a nosotros no nos afecte.
Creemos sinceramente que cobrar por dirigir es la bomba retardada en los, no tan fuertes como nos afanábamos, cimientos del rol. Tras ello nada volvera a ser lo mismo. Ya no lo está siendo de hecho, mientras respiramos, los hechos se reescriben.
Es el momento de aferrar los dados para salir a contar historias y lograr que el dinero se avergüence de haber intentado asaltar nuestra casa por la puerta de atrás dando por hecho que le haríamos la cama.

Lee tus libros de un tirón en un voraz arrebato.

Disfruta como nunca preparando tus partidas durante días.

Dirige a tus amigos sus juegos favoritos de la manera que prefieran.

Sortea las zarzas de monedas y billetes que se esconderán en tu sendero.

Imagina. Tan solo imagina.

Porque todos, directores y juagadores, jugamos a lo mismo.

Y no entres en su juego, ya que tenemos a mano un juego infinitamente mejor. El juego de rol.

CRAM. Eres uno de nosotros en el momento en que lo quieres.




domingo, 20 de octubre de 2024

Desahogo sobre temas importantes

Estoy escribiendo este despotrique sin tener nada claro si voy a publicarlo al final o no, pero al menos así aclaro un poco mis ideas y me me saco el tumulto que se me está generando en la cabeza de la manera más ordenada posible. Hasta ahora, a pesar de tratarse de un tema que me resultaba del todo sustancial, estaba siendo particularmente manso (sin esperar un Reino de los Cielos ni nada que se le parezca) porque, oye, que la gente haga lo que quiera y ya, yo haré lo propio y todos tan contentos cada uno en su casa y Arioch en la de todos. El capítulo que le dediqué en el libro tenía este y no otro tono. Era joven e inocente, casi un niño del verano. Pero es que hay personas que se toman bastante a mal algunas opiniones en este sentido.

Resulta, además, que lo que pensaba en mi inocencia que era un elemento del todo marginal, por lo visto es algo totalmente generalizado, mayoritariamente bien visto y que supone ya un ingreso económico fuera de toda duda para muchas personas. Y pensé, pues entonces, si está ya generalizado masivamente, ¿Qué problema habrá en que un yayo tarado se posicione en contra de manera algo más combativa? Diga lo que diga entonces no les perjudicará lo más mínimo, sería como que afectara algo en el mundo si alguien estuviera enfadado porque la electricidad ha acabado con el romanticismo de leer y amarnos a la luz de las velas, ¿no? Consistiría tan solo en una prédica de un loco en el desierto al que solo se le mira para reírse de él y lanzarle dátiles secos.
Hablo, era evidente, de cobrar por dirigir partidas de rol.

Y, no creáis, estoy teniendo que realizar un ejercicio de introspección complejo para racionalizarlo y tratar de aclarar por qué narices es algo que me molesta tanto y me hace sentir tan mal. He ido tirando (sigo tirando, de hecho) del hilo del malestar que se desplegaba través del complejo laberinto de emociones y pensamientos sin forma definida, a ver si daba con el grueso del ovillo original en el centro, rogando porque no lo custodiara un minotauro que todavía tiene un nivel de desafío mayor del mío.


Quiero que las nuevas generaciones tengan lo mismo que tuve yo y no que los nuevos que se incorporen piensen que es algo habitual que se pueda cobrar por dirigir, que piensen que lo mismo tienen que pagar a alguien para empezar a enterarse de qué va esta nueva afición tan compleja sin saber que lo realmente bonito es coger el material, leerlo y tras fliparlo con las infinitas posibilidades y maravillas que ofrece esté abordado por las ganas de dirigirle a sus amigos con la mayor brevedad posible. ¿Que cuesta un poco más? Pues es posible, pero en esta vida las cosas que merecen la pena merecen también que hagamos un esfuerzo por ellas. Ya sabéis, el lado oscuro no es más poderoso, es más fácil, más rápido, pero no más poderoso.
Porque de aquí a “másters para másters de rol” no puede quedar ya mucho camino.


No quiero que unos críos a los que les ha llamado la atención esto de jugar al rol entren en ello sin llegar nunca a saber que hubo otro momento donde todo esto eran tan solo malos sueños que pensábamos que nunca nos alcanzarían, como alcanzaron a otros reinos antes de llegar para conquistar el nuestro, plantar sus cuarteles y acuñar moneda imperial con la plata de nuestras minas a ras de suelo y que tras su esquilme han dejado de brillar por las noches logrando que ya nunca más puedan danzar a su alrededor las hadas.


En un giro del laberinto me acosa una idea genérica, la pena de que se acabe monetizando todo, poniéndole precio a cada partícula bella que pastaba libre en el mundo antes de ser cazada y vendida al peso al safari de jaulas del capitalismo. Acabaremos sabiendo el precio de todo y el valor de nada. Porque, buena gente, si algo te lo venden es porque piensan que no vale mucho, nadie se desprendería de algo invalorable tan solo por dinero. Y si te están cobrando por algo que creen valioso, pues eso también dice mucho.
Creo con firmeza de cenobita (los monjes ascetas, no los demonios de Clive Barker) que el rol es algo tan impagable como jugar a imaginar con los amigos con ayuda de dados y papel, ya sea sentados en un salón, en el suelo, en un garaje, en la cocina de casa de tus padres, en la mesa de un parque... Y que durante unas horas no exista nada más porque el mundo en el que vives y por el que te mueves (a pesar de estar sentados) ha cambiado totalmente. Y lo lamento, pero eso no se puede monetizar por mucho que se pretenda, como no es posible monetizar una lluvia de estrellas fugaces, el calor que regala el sol del invierno, una serena nevada o el olor de la tierra mojada después de la lluvia. Se monetizará otra cosa, un sucedáneo, que puede también estar rico, no voy a decir que no, pero que no es para nada lo mismo.

En otro de los extravíos del laberinto siento que un DJ de pago es como si les dijera a sus potenciales clientes: “Esto de dirigir es algo muy difícil, no puedes hacerlo solo, así que déjaselo a un profesional” (por cierto, ¿bajo qué epígrafe de autónomos se pondrá lo de “DJ profesional”). Y os prometo bajo una pila de “Silmarilions” que dirigir es la parte más divertida del rol, así como leer y releer el manual y pasarte la semana previa a la partida preparándotela henchido de gozo pensando en los Pjs y en tus jugadores. Se le está escamotenado a la gente el solomillo del rol y encima cobrándoles por ello. Y es que de verdad que es algo sencillo, todo el mundo que es capaz de jugar llevando a un personaje es capaz de dirigir, solo tiene que “llevar” a unos pocos personajes más.


Pues con el ímpetu se me ocurrió un juego literario que consistía en crear un ficticio colectivo llamado CRAM (concilio de roleros anti monetización) y escribir usando la sátira un manifiesto, unas octavillas y hasta unos sonetos satíricos. Con la tontería me salieron varios sonetos (y una silva) y tan solo se los fui enseñando a los colegas. Algunos me dijeron: “Súbelos al blog, es el momento de presentar la batalla cultural y no rendirse. Alguien tiene que hacerlo” otros me avisaban: “Atente a las consecuencias”... Así que todavía no tengo claro qué hacer. Subiré al blog de momento tan solo esta entrada y luego ya veremos.

Gracias por leerme, buena gente.


miércoles, 24 de julio de 2024

Miedo y estrés rolero

 La enorme biblioteca oculta, esa que no puede verse ni se puede entrar en ella salvo cuando una lluvia voraz delimite sus contornos a la hora concreta de una tarde precisa, os parece mucho más grande por dentro que por fuera una vez habéis accedido. El olor a libro viejo y sabio, a velas de cera especiadas con el aroma a papel y al de la madera de árboles previos a algunas ciudades modernas os envuelve mientras en el exterior el aguacero prosigue su marcha militar inexorable contra la tierra. Hay muy poca luz dentro ya que ésta parece querer mantener también el silencio en este ambiente de estudio y veneración a la letra escrita. El mago se encuentra absorto en una estantería, casi paralizado, como si fuera incapaz de decidir qué libro acogerán sus ojos y acariciarán sus manos o como si pretendiera alargar unos deliciosos preliminares previos al amor romántico. Mientras oís tras unas estanterías ¿un jadeo? ¿una risita contenida? ¿No parece acercarse una luz verdosa a una altura como si un niño jugueteara con un farol sordo de sepulturero? ¿Qué hacéis?

Prureba
No parece que vaya a escampar


¿Os habéis podido imaginar la escena mientras lo leíais? ¿Habéis sentido o experimentado en vuestra cabeza algo de lo descrito? No habéis necesitado estar a la altura de nada ¿verdad? ¿algo de estrés o inseguridad durante? Seguro que tampoco, me atrevería a decir. Ahora imaginad que no lo habéis leído sino que os lo ha narrado un amigo mientras estabais sentados en una mesa con refrescos y aperitivos y que entrasteis en esa biblioteca a las afueras del asentamiento pirata reconvertido en ciudad comercial imaginando ser vuestros personajes y lo hicisteis siguiendo el curso de una historia de lo más interesante que ya estaba en marcha. ¿Cambiaría algo la sensación, o la ausencia de ella, de estrés, inseguridad o miedo? Porque el rol es tan solo eso, un juego de imaginación compartido con amigos, ayudado por unas reglas (que son lo de menos) y nada más. No debería haber ansiedad alguna por imaginar, porque nadie puede imaginar mal. Se hará de maneras diferentes tal vez, variarán diversos estímulos mentales, cada uno hará hincapié en unos aspectos o en otros... Pero nadie imagina peor que otro ni hay una imaginación esencial objetiva a la que alcanzar 


Imaginación

Escribo estas palabras (tras mucho pensármelo, no creáis) porque llevo tiempo leyendo en redes sociales que cada vez más gente comparte sus sentimientos de ansiedad, estrés y miedo de “no estar a la altura” a la hora de jugar al rol. Y me apena que una de las actividades que más me gusta hacer en la vida pueda ser mínimamente responsable de que alguien lo pase mal, cuando debería hacérselo pasar como nunca. Por supuesto el miedo (y otras emociones) son libres y cada uno siente lo que siente, lo que es totalmente respetable. No trato de confrontar a esas personas, trato de ayudarlas a que disfruten del rol lo mismo que lo hago yo, que lo conviertan también en el refugio seguro y sagrado que es para mí.

Ayudadme con este experimento, por favor. Como veo que suele hablarse más de rol en línea que presencial me centraré en él. Imaginad que la manera de realizar la actividad se mantiene: Mismas personas, mismo horario, mismas herramientas tecnológicas... pero en lugar de jugar al rol se realiza otra cosa: Club de lectura, de compartir recetas, una competición de lo que sea... ¿Se mantendría la ansiedad? Seguramente sí, claro, luego es muy posible que se deba más a la interacción social en sí misma que al rol y que lo hayas achacado en primera medida a la actividad y luego le hayas dado vueltas al por qué te sientes así y hayas decidido echarte la culpa, como solemos hacer siempre.


“Vale, no será entonces por el rol, pero no me has solucionado nada porque yo sigo con miedo y ansiedad” te oigo decir. Y creo que sí te puede ayudar algo esta precisión del estímulo estresante porque al contrario que en los anteriores ejemplos en el rol no tienes que hacer nada más que imaginar y, como decía al principio, nadie puede decirte que lo estás haciendo mal y no hay un baremo de puntuación a la hora de comparar si cómo te has imaginado que estás en esa biblioteca bajo la lluvia es mejor o peor que cómo lo hace otra persona. Y si un gurú trata de venderos ese baremo, mandadle lejos de mi parte.
¿Miedo a dirigir, entonces? Tampoco se debería, ten en cuenta que solo estás imaginando igual que el resto de jugadores, solo que ayudando a hacerlo a los demás que, aunque no te lo creas, están encantados de que les dirijas la partida. ¿A que tú lo estarías? Pues ellos lo mismo, créeme, de verdad.

¿Pueden tener que ver además el formato de juego en redes sociales haciéndolo con desconocidos? ¿Puede existir un miedo previo a que la mesa no sea “segura” ya sea por parte del director o de los jugadores? ¿A que la mesa no sea segura para ti o al temor de que alguien pueda sentir que estás promoviendo una mesa no segura para otros?

Mira, que creo que es un debate para tener otro día.
Un abrazo, buena gente. 




lunes, 15 de mayo de 2023

Introducción para el nuevo libro.

 Pues una vez terminado mi primer libro sobre rol me he puesto ya con el segundo. Os explico cómo ha ido la génesis, que aparecerá nada más comenzarlo, en la introducción.

Ya me diréis qué os parece.

 Introducción.

De alguna manera cercana a la magia mi anterior libro sobre rol se resistía con tesón a ser terminado. Me encontraba sintiendo realmente que no podía dejar de escribirlo, como si temiera que fuese a dejar de vivir para siempre en el momento en que cesara su avance. Me sentía como el padre primerizo que se levanta en plena noche solo para ver si su recién nacido continúa respirando en la cuna y, como Penélope, destejía y volvía a tejer el sudario de Laertes para no dar la última puntada. La imaginación quería seguir habitando las páginas cada vez más numerosas, encarnada en unos símbolos esotéricos que obrarían el prodigio de convertirse en tu mente en dragones sobrevolando torreones de fortalezas olvidadas, compitiendo con el viento del Norte; pilotando barcos piratas amortajados en una voraz tormenta marina o leyendo los grabados que raspan los gules con los huesos de los obispos en criptas mohosas y húmedas, en un antiguo cementerio de una vetusta ciudad. Los sueños querían seguir existiendo sin sentir en los tobillos y muñecas las cadenas y tirones del latir de ojos en la fase REM; los juegos de rol anhelaban continuar oyendo con orgullo como eran glosadas sus múltiples hazañas y las de sus antepasados en ese claro del bosque, tostando bellotas en una hoguera y bajo la lluvia de las estrellas fugaces en las noches eternas de verano, esas que nunca acabarán por más que haya concluido la estación. Las palabras elegidas desde su nacimiento para su aparición en una frase, la poesía inherente a la vida, los personajes de ficción más reales en nuestro interior que aquellos compuestos solo de ADN a los que no tenemos la suerte de conocer... Todos me pedían continuar apareciendo porque siempre había algo que no habían hecho o dicho todavía y clamaban que los pasos entre los mundos de la fantasía y lo mundano no se abren tan a menudo como deseásemos tanto nosotros como quienes viven más allá de esas puertas que se nos antojan lejanas e inalcanzables, pero cuya llave portamos en nuestro interior todos desde que nacemos.
“Pues haz una segunda parte” me dijo mi editor. Mira que era una idea sencilla, pero no encontraba las cerillas en la oscuridad en la que estaba, se me habían desparramado por el suelo del castillo al abrir la caja al revés. Solo tenía que relajarme, agacharme tranquilamente, coger una de ellas y frotar el fósforo. De repente se hizo la luz, allí estaban todos de nuevo a mi alrededor sonriéndome: Enanos zapadores haciéndome una reverencia con sus picos de minero, exploradores galácticos, brujas de pantano, veteranos arqueólogos, bardos con sus instrumentos deslustrados por el uso, jinetes de pegasos de bellas alas, llanuras infinitas y posadas en la que el estofado de jabalí es el plato estrella. “Has tardado en volver” me dijeron. “Nunca me fui, solo os perdí de vista un instante”, contesté con cierto azoramiento.
Alguien me alcanzó unos dados, unas manos me llevaron gentilmente a una silla y las velas que brillaban en la mesa con más fuerza que diamantes nupciales en las bodas de reyes y reinas de la antigüedad dejaban ver el mapa de una mazmorra trazado con tinta de un rojo suave sobre el cuero viejo. “¿Seguimos imaginando?”, me preguntaron. “Siempre”, les dije.

“Siempre” te digo a ti ahora. Porque pienso volver a dirigirme a ti en persona. Y añado “¿Seguimos imaginando juntos?”.


Y ahora llegaba el momento de plantearme cómo iba a encauzar esta vez la fantasía. Porque no quiero ponerla riendas, ni asfaltar con alquitrán el antiguo camino de tierra sagrada por el que deambulan los peregrinos, bordeado de arbustos de mirto y árboles de eucalipto, para que pisara con más firmeza. Pero de algún modo tengo que guiarla y ser su faro para que no se pierda en el mundo tan hostil que hemos construido, el mundo de los atascos de tráfico, los jefes capullos, las prisas que provocan úlceras, los dolores de los huesos por la edad y la gente maleducada y cruel desde la infancia. Tan solo silbaré unas ligeras notas que compongan al final una sencilla melodía. Una nota suelta y ella, mi amada imaginación, dará un simple pasito y la fantasía aparecerá de nuevo en mi mundo vestida de arcoíris y oliendo a incienso. ¿Quién será su séquito esta vez? ¿Faunos que acompañarán esa nota iniciada por mí con sus cascabeles y sus flautas de Pan? ¿Un reportero dispuesto a revelar crímenes de guerra en las amuralladas fronteras entre los barrios pobres y ricos, con una nanocámara implantada en la retina? Seguro que se acuerda de mi amor por los piratas y viene con alguno, con un ave tropical en el hombro y trayendo el rumor del mar en sus ojos... Y si no, llegará con mi segundo silbido, mi segunda nota. O tal vez lo haga a la tercera, pero acabará llegando porque todo lo que te imagines puede llegar y viajar contigo en el mundo adverso en el que nos ha tocado vivir, para ayudarte a subsistir en una dimensión muy lejos de los elfos, los asteroides de los contrabandistas y las posadas en el camino del bosque donde nunca cesan las risas ni la música.

Estas notas tendrán aquí forma de letras. De cada letra del abecedario iré sacando varias palabras relacionadas con el rol y dejaré que la fantasía paste tranquila en ese campo verde lleno de amapolas recién imaginado.



lunes, 10 de abril de 2023

Segundo directo (Peñadados 3)

Pues hace ya tiempo que hicimos el segundo directo para desarrollar Peñadados entre todos, pero entre unas cosas y otras no había conseguido ponerme a pasarlo al blog. A ver qué quiso nuestra querida amiga la imaginación que hubiera viviendo y coleando en esa población entre riscos y árboles de montaña.

Anticuario: Se habló de una tienda de antigüedades, llena de objetos ancestrales de todas las razas y bastante mercancía de todo tipo de contrabando. Aparentemente la regente un elfo, llamado Darlevish ("Buscador del alba" en su bella lengua). Aun que realmente se trata de una raza extraña que se hace pasar por elfo. ¿Un Dragón metamorfoseado tal vez? Lo cierto es que eso es algo que solo él sabe. Tampoco se sabe por qué vino a Peñadados, pero hace unas cuentas preguntas sobre un instrumento musical ancestral con poder oculto. Realmente está buscando una nave spelljammer antigua, estrellada en las cercanías. Y tal vez lo que dice que es un instrumento musical, sirva para pilotar la nave. 


Echa un vistazo, seguro que das con algo que te ilusiona. ¿Te interesan los instrumentos de música, dices? Espera que hago unas infusiones y hablamos del tema.










Aguas termales sulfurosas. Peñadados es como el Springfield de los Simpson, tiene de todo, y no podía faltar un agradable balneario donde ir a descansar después de una larga jornada de trabajo o de chismorreo.  Sus aguas son buenas para enfermedades e incluso hasta para algunas maldiciones. Las dirige un sirénido/tritón con añoranzas de las profundidades marinas, pero que ha encontrado aquí un buen lugar para retirarse.


"Como si nos invaden los Drow. ¡Yo de aquí no me muevo!"









Observatorio astronómico: Pues esta curiosidad ara ver las estrellas es propiedad de un Gnomo. Dinky Bubbleleggins. Se ha asentado en este bello rincón porque en Peñadados se observan multitud de estrellas fugaces y desde siempre son comunes las leyendas de cosas que caen del cielo (¿Alguna de estas cosas serán otras naves Spelljammer como las que busca Darlevish?). Ha venido a estudiar la zona por su cuenta y su observatorio está todavía en proceso de construcción. De momento es pequeño pero bien cuidado, levantado con las ganancias recogida durante su vida de aventurero. Estuvo con un afamado grupo de aventureros llamado "El broche del trasgo". Lo mismo vienen a hacerle una visita por aquello del reparto de la última mazmorra y esas cosas. 


"Castañas asadas en la chimenea, están. Chocolate caliente con ron, está; Piedra musical, también. Pues a ver esa lluvia de estrellas fugaces".




Gabinete de curiosidades. Según iban viniendo más aventureros a vivir a Peñadados  a una semi-orca, Margha,  se le ocurrió juntar todas las porquerías que había recopilado a lo largo de su vida y a lo que iba heredando de su clan y lo expuso en un pequeño museo de lo extraño y lejano pensando más en divertir a los niños que en otra cosa. Todo tiene un entrañable tono "corchopanesco". Les da regalos a los niños, se disfraza y expone cabezas de Jabberwocky, pieles de bestia desplazadora (a las que desplaza con hilos), huesos de gigantes marinos... Sus ayudantes van haciendo ruidos, cambiando las cosas de sitio y es el lugar favorito de los pequeños, y no tan pequeños de la población. 


"Adelante. Pero no toquéis ni chupéis nada si no queréis que luego os toque y os chupen a vosotros. No todo lo que hay aquí está muerto del todo..."



Zona de deporte. Que se vea que también hay salud. Un aventurero enano trajo deporte de sus montañas bastante "físico". Consiste en lanzar piedras por una cuesta y partirlas con la cabeza los de abajo. Por equipos y con distinta puntuación según el tipo de piedra, el tamaño y los trozos en los que se parta. Hay una cantidad importante de amistosas apuestas: Cuantos trozos se parte la piedra y/o las cabezas. En su idioma es el  "Karzatrakaruk". Una traducción pedestre, perdiendo gran cantidad de matices, podría ser: "Rompe la piedra y honra las columnas del mundo"


"Si el equipo naranja parte esta piedra en cuatro trozos o más se pondrá en cabeza (si no se la parte en más de tres trozos, claro)"

Agencia de colocación Para trabajos lícitos e ilícitos. Ha aparecido hace poco y bastante gente de los alrededores viene a encontrar trabajo o descubrir mazmorras por una pequeña comisión. Otro semi-orco la lleva, pero no parece muy relacionado con Margha.


Bueno. Pues ya está. Nos encargamos nosotros de derrocar al tirano y sacamos ese espejo púrpura de las mazmorras. Todo el botín para nosotros a cambio de entregar el 15% del mismo y el susodicho espejo ¿prisionero? Bueno, lo que sea. 

Río torrencial y caudaloso atraviesa las partes más altas y agrestes de Peñadados, que lo cruza en barco un halfling bárbaro. Finnan Greenbottle. En la ribera hay una torre o puesto de avanzada para cruzarlo pero nadie se mete en él, puesto que está encantado.

Aquí no se ve muy torrencial, pero esperar a las lluvias y me contáis. Tras los árboles está la torre encantada.

Y reiteramos. No tenemos los derechos de las imágenes. Tan solo las ponemos para ambientar, si el autor lo desea las quitamos sin el menos problema en cuanto tengamos dos minutos. 

Pues eso. Sed buena gente. 




martes, 28 de febrero de 2023

Talkin' 'bout my generation

"People try to put us d-down (talkin' 'bout my generation)Just because we get around (talkin' 'bout my generation)Things they do look awful c-c-cold (talkin' 'bout my generation)I hope I die before I get old (talkin' 'bout my generation)"
("My Generation". The Who)

No hace falta tampoco conocerme mucho para saber que soy enemigo acérrimo de las polémicas, así como de los conflictos y que considero firmemente que cada cual es enteramente libre de decir lo que quiera y sienta sin que se le deba coartar o haya que estar inmediatamente detrás dando a entender tu rechazo frontal. La libertad de expresión es un absoluto, o la hay o no la hay, si no no funciona como derecho fundamental y eso vale tanto para que puedas expresarte sin censuras, como para acostumbrarte a tener que oír o leer cosas que no te gustan. Yo lo hago y espero que hagan lo mismo conmigo.



Por otro lado nunca he considerado necesaria la imperante ansía en redes sociales por hacer ver enseguida lo en contra que estás de algo que ha dicho alguien (generalmente en el odioso formato “zasca”, tan ávido de likes, retuiteos y “casito” en general que parece que el voraz motivo no se alimenta de otras cosas y tiene que hartarse de lo único que come) y suelo pasar en canoa ante todo lo que leo, con una infusión calentita en una mano y un libro de rol en la otra, que ya me da la vida bastantes pesares como para llevarlos a lo virtual también y que acaben además afectando a uno de los elementos fundamentales de mi vida. Pero esta vez sí que he sentido que debo expresarme, desde la educación, sin ataques ad hominem y una vez pasados ya unos días cuando se han calmado un poco las aguas tan removidas y mi estado agitado. Me lo he pensado y repesando, no os creáis, al principio ganaba en mi cabeza el no pronunciarme y seguir con mi vida sin más, pero, oye, luego me dio por pensar que tal vez si escribo esto sirva para exponer un punto de vista que no se estaba contemplando tan solo porque nadie lo había expresado antes en voz alta.

Nos ponemos en situación por fin, venga. Imaginad mi turbación cuando oigo en un vídeo de una famosa red social la siguiente frase: 
“La solución del problema del rol es que desaparezca mi generación”. Pues no lo sé, seguramente yo sea incluso más mayor que quien dijo tales palabras y no me cabe un ápice de duda que lo dijo con toda la buena intención del mundo (parecía buena persona), tratando de localizar dónde puede haber un problema en el mundo de rol y, desde luego, sin el menor deseo de causar daño a nadie. Pero lamento tener que plantarme y decir que yo no pienso desaparecer aunque lo haga mi generación (que me parece que tampoco piensan hacerlo, no lo sé, hace mucho que no nos reunimos en el cónclave mensual para hacer el mal) porque yo también soy sincero cuando pienso que más que parte del problema, trato de ser parte activa de la solución. Estamos desapareciendo los de mi generación, sí, pero de redes sociales que cada vez tengo más claro que no son la realidad cotidiana. Y es que hay un número máximo de veces que puedes leer los términos como "pollavieja" o "señoro" repetidos de forma continua cuando solo tratabas precisamente de acercar el rol a todos o, ilusos de nosotros, procurar ayudar con lo que nos dio la experiencia. No es algo nuevo para nosotros, lamentablemente ya nos dieron palos antes por jugar al rol y ahora también nos los dan por seguir jugando al rol, aunque esta vez venga de los que considerábamos los nuestros, de fuego amigo, por así decirlo.

En mi época solo publicaba rol Joc y había cientos de erratas por página...
En mis tiempos solo había un par de editoriales roleras, y había cientos de erratas por página y nadie pedía que le devolvieran el dinero.

Así que me parece que ante la galerna nos retiraremos a jugar con los colegas de toda la vida, protegidos por nuestros amigos de siempre y nuestros más queridos mundos de ficción, seguiremos comprando rol sin filtro ni distinciones por editoriales y jugando a todo lo que se nos ponga por delante como hemos hecho desde el primer dado que lanzamos en los tiempos remotos de Mu y la añorada Hyboria. Continuaremos tratando de luchar contra la piratería y las descargas de los del todo gratis, participando en jornadas, dirigiendo y enseñando juegos a todo aquel que nos lo pida, pero poco a poco desapareceremos de la vista en las redes si resulta que ese era el problema, que se nos viera y tuviéramos algo de espacio en el mundillo. La inclusión que tanta falta hacía no incluía la variable edad, está cada vez más claro.

En el Universo cinematográfico de Marvel, Thanos acabó con la mitad del universo (por tema de que no había recursos para todos y demás, con lo fácil que hubiera sido desear que se doblaran los recursos, vamos) y tuvieron que ser los supers yayos los que salvaron la situación. Como referencia friki lo digo tan solo. Hablaría también de “La fuga de Logan”, pero seguro que os queda mucho más atrás. Quedaos con que no conseguiréis llevarme al Carrusel.

Que desaparezcan la mitad de los roleros. Hale, problema resuelto.

Pido sincero perdón por ponerme de esta manera, pero es que cada vez me afectan más este tipo de cosas, seguramente es lo que tiene llegar a viejo con el caparazón lleno de golpes. Y también será seguro que lo mismo no era para tanto, pero no estoy en mi mejor momento y quería dejar por una vez las impresiones de un yayo analógico que ha tratado de no meterse nunca con nadie y que cada vez se siente más alejado de una comunidad que surgió en torno en algo que ama con toda su alma (o redes neuronales, si eres de talante más científico) y que es parte fundamental de su vi
da.

Un abrazo, buena gente. 



Poemario satírico del CRAM (I)

  Pues lo estaba dudando porque los (desconocidos) amigos del CRAM se pusieron lo mismo un poco punkis con sus poemas satíricos pensando que...